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¿Qué debo hacer para ser salvo?
¿Qué debo hacer para ser salvo?
por R. L. Morrison
El título de este tratado es una pregunta que mucha gente debe de considerar en serio. Tal vez Ud., el lector, debe hacerlo. Es cierto, sin embargo, que muchos no lo harán. Pero esto fue escrito para los que estén interesados en aprender lo que la Biblia enseña acerca de esta cuestión importantísima.
Hay cuatro distintas etapas o condiciones espirituales en la vida. En este estudio, nos referiremos a ellas una por una. Las respuestas para cada una de estas etapas no son iguales, pero creemos que uno puede determinar su etapa y condición en la vida, y aprender por sí la respuesta bíblica.
Primera: hay quienes están en una condición "segura". Pero nadie en esa condición puede leer o entender este tratado. La persona "segura" es un niño que todavía no sabe la diferencia entre el bien y el mal. También hay quienes cuya mente no se ha desarrollado hasta el punto de poder comprender. Es una triste condición, pero todos sabemos que sí existe. Éstos no son salvos, porque no habían sido perdidos. No son culpables de pecado. Pero, uno puede decir, "¿No nacemos en pecado, ya culpables del pecado de Adán?" Hay quienes enseñan esto, pero esto NO se enseña en la Biblia. Jesús dijo en Mat 18:3, "... De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos." Les dijo esto a sus discípulos. Considere lo que dijo. El ser convertido quiere decir pasar por un cambio moral. SI los niños fueran pecadores, nacidos en el pecado, los discípulos NO fueron pecadores, porque tendrían que pasar por un cambio moral para ser convertidos. Ellos serían pecadores entonces, como los niños, SI los niños fueran pecadores. No, nosotros NO nacimos culpables del pecado de Adán.
Segunda: ésta es la condición de ser culpable del pecado. Cuando uno llegue a la edad de poder distinguir entre "el bien" y "el mal", y escoge hacer el mal, éste se convierte en pecador. La Biblia enseña que todos somos culpables. Esto se refiere a todos los que son responsables (Rom 3:23). Quizás una definición bíblica de pecado nos ayudaría entender COMO pecamos. Hay cuatro definiciones de pecado encontradas en la Biblia. (1) Toda injusticia es pecado (1 Juan 5:17). (2) "Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley" (1 Juan 3:4). (3) "y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado" (Stg 4:17). (4) "Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado" (Rom 14:23). Así que el pecado se comete al hacer injusticia (ser maleante), al infringir la ley de Dios, al saber hacer lo bueno y no hacerlo, y al violar la consciencia. Cuando consideramos estas cosas, no es difícil comprender como es que todos hemos pecado.
El pecado nos separa de Dios. Se forma una barrera entre el pecador y Dios. No hay nada que Ud., yo, o cualquier otro pecador pudiéramos hacer A SOLAS para quitar esa barrera. Dios ha provisto por nosotros. Sabía lo que se requeriría para pagar la deuda del pecado--un sacrificio de sangre. Dios también sabía que ningún hombre podría serlo. Mandó a Cristo al mundo como hombre y él vivió una vida perfecta (es decir, no pecó). Jesús permitió ser crucificado, y su sangre sin pecado fue derramada para ser nuestro sacrificio por el pecado. Esto es el plan de Dios. Puso los requisitos que el hombre tiene que cumplir para ser libre del pecado, para ser salvo. Los apóstoles de Jesús empezaron a declarar el mensaje de salvación a los hombres según nos dice Hch 2. Aquellos hombres, guiados por el Espíritu Santo, les dijeron a los judíos en una gran asamblea que eran culpables de la crucifixión de Cristo. Ellos creyeron lo que oyeron y preguntaron qué hacer. Pedro contestó: "...Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados..." (Hch 2:38). El divino mensaje de salvación para la humanidad había sido revelado. Lo oyeron, lo creyeron, y confesaron al preguntar qué hacer. Pedro les dijo que se arrepintieran y se bautizaran. Pues, aquí está el plan de Dios para la salvación--claro, sencillo, y fácil de entender: oír, creer, arrepentirse, confesar la fe, y ser bautizado para el perdón de los pecados. Este perdón es para los pecados pasados. El que así obedece está justificado ante Dios. SI existe alguna otra manera, Dios no la reveló.
Tercera: a veces individuos que han obedecido el evangelio, que fueron librados de sus pecados anteriores, se hacen víctimas de Satanás y vuelven a ser culpables del pecado. Esto no es algo fuera de lo común. Pero Dios ha hecho posible que tales puedan tener perdón también. Por ejemplo, en Hch 8:9-22 Felipe predicaba el evangelio en Samaria. Muchos oyeron, creyeron, y obedecieron. Un hombre, llamado Simón (el cuál antes había sido un mago y engañaba a la gente) fue uno de los que obedecieron el evangelio. Cuando Pedro y Juan (apóstoles) vinieron de Jerusalén a Samaria, les impusieron las manos a algunos para impartirles un don espiritual. Simón vio y codició el poder de los apóstoles y procuró comprarlo. Pedro le dijo que el don de Dios no se compraba con dinero. También le dijo a Simón que "su corazón no fue recto delante de Dios". Pedro, entonces, le dijo que hacer: "Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón" (Hch 8:22). Aquí, pues, tenemos a otro estado o condición en la cuál uno puede estar. Un cristiano llega a ser culpable de pecado, pero Dios ha provisto el medio por el cual sea reconciliado al estado del cual cayó a causa del pecado.
Cuarto: aquí está el cuarto y último estado o condición en que uno puede encontrarse--cuando se dice de uno que es un "hijo fiel de Dios". ¿Qué se requiere de tal? La respuesta es sencilla, fácil de hallar, y fácil también de entender. Cuando Juan le escribió a la iglesia en Esmirna (Apoc 2), les habló de una persecución venidera, pero también les dijo, "sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida". Juan quiso decir que si ellos permanecían fieles, aunque perdieran su vida, recibirían la corona de la vida. El mismo principio aplica a todos los cristianos. No hay ningún tiempo, circunstancia, ni condición de la vida en que uno puede apartarse, negar la fe, o dejar la iglesia y agradecer a Dios. Hay que ser fiel mientras que uno viva.
Sin embargo, parece que a algunos se les hace difícil entender lo que quiere decir "ser salvo". La palabra "salvación" se usa de dos maneras en la Biblia. Considerémoslas. Cuando uno oye el evangelio, lo cree, y lo obedece, él es salvo. Esto (como propuesto antes) simplemente quiere decir que los pecados de que él había sido culpable en el pasado, le son perdonados. Dios borra los antecedentes; los pecados anteriores son perdonados y olvidados. Dios no le guardará rencor a esa persona. Esto no quiere decir que el pecador lo olvidará. El apóstol Pablo era blasfemo y perseguidor de la iglesia. Fue perdonado, pero nunca olvidó el pecado del cual había sido culpable. Por eso decía ser el "principal del los pecadores". Pero, esto es solamente una de las maneras en que la palabra "salvación" se usa. La otra se refiere a la "salvación eterna". Esto quiere decir que en el día del juicio, cuando todos estemos ante Jesucristo para ser juzgados, los justos recibirán la "vida eterna". Para comprender mejor, véase el cuadro que Jesús pintó de aquel día en Mat 25:31-46. Dijo que "todas las naciones" y toda la gente se juntarán ante él. Hará división entre ellos. Pondrá a algunos a su diestra y a otros a su siniestra. A los de la diestra (los que obedecieron), se les permitirá entrar en el reino preparado para ellos desde la fundación del mundo. A los de la siniestra (los desobedientes), se les dirá, "...Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles". Luego, en el versículo 46: "E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna".
Por favor, examine Ud. con cuidado estas referencias. Piense en ellas. Ud. sabe como contestar la pregunta "¿qué debo hacer para ser salvo?"
¿Lo hará Ud.? ¡Su destino eterno depende en el hacerlo!