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Que la Biblia sea su guía

 

Que la Biblia sea su guía

por R. L. Morrison

Muchos religiosos actualmente están de acuerdo que la Biblia debe ser nuestra única guía. Algunos creen que es una guía, pero no la única. Ellos creen que libros escritos por hombres o mujeres mucho después de la revelación del Nuevo Testamento también son guías seguras para seguir. Ya que muchos creen que la Biblia debe ser nuestra única guía, consultémosla para más información acerca de este tema.

Hace mucho que un salmista dijo, "Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino" (Sal 119:105). El sabio añadió, "El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos". En el Nuevo Testamento, "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Tim 3:16-17). A esto le agregó Pedro, "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia" (2 Ped 1:3).

Hemos aprendido que la palabra de Dios es la luz para guiarnos por la senda de la vida; que las escrituras dadas por la inspiración de Dios pueden hacerle a uno perfecto, o maduro; y por último, que todo lo que pertenece a la vida y a la piedad nos es disponible por el conocimiento de Jesucristo. La Biblia, entonces, afirma ser nuestra única guía, y afirma revelar todo lo que tenemos que saber y hacer para agradar a Dios y para ser salvos eternamente. Es obvio que los que creen en libros escritos por humanos después que fue cumplido el Nuevo Testamento realmente no creen la Biblia. La rechazan por doctrinas de hombres.

Ahora bien, considere algunas cosas que resultarán al dejar que su Biblia sea su guía en la vida. ¡Seguramente sólo lo bueno puede resultar por un estudio de este tipo!

Si Ud. deja que la Biblia sea su guía, ¡la estudiará con diligencia! La Biblia dice, "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2 Tim 2:15). Esto nos dice que debemos planear, arreglar, y conducir nuestra vida de modo que no tengamos que avergonzarnos de como vivimos. Pero la única manera de hacer esto es conocer la palabra de Dios, la cual (y ella solamente) nos guía seguramente por la vida. Ya que este conocimiento no nos puede ser implantado por nadie más, tenemos que estudiar para aprenderlo. Jesús dijo, "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" (Juan 5:39). Ya que solamente las escrituras nos revelan a Cristo, debemos estudiarlas para aprender de él, de lo que hizo por nosotros, y de cómo ganar la vida eterna. Jesús también dijo, "...Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:31-32). El ser discípulo depende de continuar en las palabras del Señor. Uno no puede continuar en lo que no haya aprendido ni en lo que no conozca. Para ser discípulo, para ser hecho libre, hay que conocer la palabra del Señor y después continuar en ella. Todos estos pasajes nos enseñan que debemos estudiar. Si creemos la Biblia, ¡lo haremos!

Si Ud. deja que la Biblia sea su guía, creerá que Jesucristo es el Hijo de Dios. Cuando Jesús fue bautizado por Juan, una voz del cielo se oyó decir, "...Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia" (Mat 3:17). Esa voz habló otra vez cuando Jesús estaba junto con tres discípulos en un monte y se transfiguró ante ellos. "Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd" (Mat 17:5). Dios no solamente señaló que Jesús es su Hijo, sino que también nos mandó oírle. Y si Ud. le oye, esa fe en él ocasionará el arrepentimiento de sus pecados (Luc 13:3), la confesión de su fe en él (Mat 10:32-33), y luego su bautismo (Mar 16:15-16). Su Biblia enseña que si Ud. hace estas cosas sinceramente (del corazón), Ud. es salvo de sus pecados pasados, y el Señor le añade a la iglesia (Hch 2:47; Rom 6:17-18). Si Ud. deja que la Biblia sea su guía, hará estas cosas ya que ella enseña y requiere la obediencia para ser salvo.

Si la Biblia sigue siendo su guía religiosa, como miembro de la iglesia del Señor, Ud. llevará el nombre "cristiano" para mostrar esa relación con Cristo. La palabra "cristiano" se encuentra solamente tres veces en el Nuevo Testamento, y cada uso describe un discípulo o seguidor de Cristo: "...y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía" (Hch 11:26), "...Por poco me persuades a ser cristiano" (Hch 26:28), y "pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello" (1 Ped 4:16). El nombre "cristiano" es suficiente para describir un discípulo de Cristo. Nada más se necesita, y, por supuesto, no se usa en la Biblia para describir a nadie más.

Además, si Ud. deja que la Biblia sea su guía, Ud. se congregará el primer día de la semana con otros cristianos para adorar a Dios. Esto quiere decir cada domingo porque cada semana tiene un primer día. "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba..." (Hch 20:7). En la asamblea de los santos, no solamente adoramos a Dios al comer la cena del Señor, recordando su sacrificio, sino que cristianos también cantan (Ef 5:19), oran, estudian las escrituras, y ofrendan según hayan prosperado (1 Cor 16:2). Esta forma sencilla de culto conducido sin pompa o ceremonia es lo que Dios ha ordenado. Hombres no satisfechos con estas cosas han añadido muchas cosas a su adoración, pero el que deja que la Biblia sea su guía ¡no irá más allá de lo escrito!

Además, si Ud. deja que la Biblia sea su guía, deseará enseñarles a otros la verdad que ha aprendido. En el principio de la iglesia en Jerusalén, los apóstoles enseñaban y predicaban diariamente. Muchos oyeron, creyeron, y obedecieron. Pero con el tiempo llegó la persecución y los discípulos huyeron de Jerusalén. El relato dice que "...los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio" (Hch 8:4).

Jesús había mandado que el evangelio fuera predicado por todo el mundo (Mar 16:15-16). Pablo escribiéndole a Timoteo, dijo, "Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Tim 2:2). Los fieles a Cristo enseñan cuando se les presente la oportunidad. Además, hay la responsabilidad de apoyar a los fieles que predican y enseñan la palabra. Esto no solamente implica ayuda monetaria, sino también apoyo moral y espiritual. Pablo solicitaba las oraciones de los cristianos para sí, y el solamente saber que hermanos se interesaban por él, le fue una gran consolación. Así es con los que predican y enseñan públicamente la palabra hoy en día. Si Ud. deja que la Biblia sea su guía, apoyará a otros que proclaman la fe, igual que Ud. se preparará para servir en la iglesia. Se necesitan el estudio y la dedicación para lograrlo. Uno no debe fallar a servir con toda su capacidad.

Por último, SI Ud. deja que la Biblia sea su guía, Ud. le dirá NO a Satanás cuando le tiente a pecar. Ésta es una necesidad indispensable porque Satanás le tentará a Ud. y su Biblia le enseña que se aparte de toda especie de mal. Pablo le dijo a Timoteo que "se conservara puro" (1 Tim 5:22). Pero cuando pecamos, "abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo" (1 Juan 2:1). Por medio de nuestro Abogado, oramos al Padre para el perdón. La Biblia enseña que si confesamos nuestras ofensas y oramos unos por otros, seremos sanados o perdonados (Stg 5:16).

Si la Biblia es nuestra guía y seguimos adorando y sirviendo a Dios mientras vivamos, recibiremos la corona de la vida (Ap 2:10). Pedro animó a los cristianos a la fidelidad con estas palabras: "a quien amáis sin haberle visto [a Cristo], en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas" (1 Ped 1:8-9).

Dejando que la Biblia sea su guía, y siguiéndola cuidadosamente, ¡le hará todas estas cosas! ¿Qué más necesita Ud. aparte de la Biblia? ¿No es sabio desechar las doctrinas y las tradiciones humanas? ¿No es sabio poder dar una escritura para lo que Ud. cree y practica en la religión? Si no, ¿por qué no?

¿Acepta Ud. la Biblia como su única guía?