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¿Y si a fin de cuentas es la verdad?
¿Y si a fin de cuentas es la verdad?
por R. L. Morrison
La pregunta del título tiene que ver con la Biblia y la actitud que muchos manifiestan hacia ella. Casi todo el mundo sabe que existe un libro que se llama la Biblia, y lo relaciona con la religión. Pero la gente tiene muchas diferentes opiniones acerca de ella. Algunos la rechazan por entero. Muchos no creen que Dios exista. Otros creen que existe, y que quizás reveló la Biblia, pero creen que no tiene nada pertinente para el hombre hoy en día. Luego, hay entonces quienes creen que Dios es su autor y pasan tiempo estudiándola, pero nunca aprenden a "usarla bien". Por esta razón, nunca llegan a un buen entendimiento de ella y no tiene ningún influencia en su manera de vivir. Consideremos algunas respuestas bíblicas.
1. La Biblia enseña que Dios EXISTE. Enseña que en el principio del tiempo, creó los cielos, la tierra, y toda cosa. Enseña que por su gran poder, toda cosa viviente sobre la faz de la tierra recibió vida como parte de su obra de creación.
Muchísima gente enseña exactamente lo contrario. El hombre dice que millones de años atrás (o tal vez billones), ocurrió una gran explosión que resultó en la tierra y los cuerpos celestes arriba de ella. La tierra fue un vacío sin vida, pero al pasar millones de años, apareció una sencilla forma de vida, y por el proceso que se le dice la evolución, se desarrolló toda forma de vida. Es muy claro que estas ideas que el hombre tiene se contradicen porque las dos no pueden ser verdaderas. Ambos pueden ser falsas, o una puede ser verdadera y la otra falsa. Pero es imposible que las dos sean verdaderas.
¿Y qué si la Biblia es la verdad? ¿Qué si verdaderamente hay un Dios vivo en el cielo, y por el poder de su palabra, todo vino a la existencia? ¿Qué si el Dios de la Biblia hizo al hombre a su imagen? ¿Qué si el Dios de la Biblia es eterno, sin principio y sin fin? ¿Qué si Dios, siendo Espíritu, nos creó seres espirituales y eternales? ¿Qué si estas cosas son verdaderas?
Posiblemente algún lector piense, "eso es impensable. Tal cosa es completamente imposible." Pero, ¿qué si las teorías de hombres acerca del origen de la tierra y de toda la vida están erróneas? La Biblia declara que toda semilla producirá fruto según su género (Génesis 1). Los que creen y enseñan la evolución afirman todo lo contrario. Ahora considere Ud. esto: ¡en todo el mundo, nunca se ha descubierto una semilla que produzca otra cosa sino según su género! Si un evolucionista pudiera descubrir una semilla que produzca fruto fuera de su género, tendría evidencia para apoyar su creencia. Pero, tal semilla todavía no ha sido encontrada (ni tampoco será).
2. La Biblia enseña que el hombre es sujeto a la muerte física. Todos saben que todo lo que vive está sujeto a la muerte, incluyendo al hombre. La Biblia enseña esto (Heb 9:27), pero también enseña que la muerte física no es el último fin para el hombre. Jesús enseñó que todos serían resucitados de la muerte: "No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación" (Juan 5:28-29). A esto Pablo añade: "He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad" (1 Cor 15:51-53). De igual manera, esto es el contrario a lo que algunos creen: el hombre no es más que cualquier animal, y que la muerte física es su mero fin. PERO, ¿qué si la Biblia es la verdad? ¿Qué si habrá una resurrección de toda persona que jamás existió? ¿Qué si habrá un juicio final?
Si Ud. dice, "Nadie se resucita hoy día. Nunca he visto una resurrección. ¿Por qué debo creer que habrá una?" Es cierto que no hay nadie vivo que haya observado una resurrección. Pero en la Biblia podemos leer de Cristo, quien fue resucitado. Fue crucificado, sepultado, y resucitado al tercer día. Hasta sus enemigos, los que lo crucificaron, no podían negar su resurrección. Un apóstol inspirado escribió lo siguiente refiriéndose a toda la humanidad: "Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos" (Hch 17:30-31). La paciencia de Dios tal vez retrasa aquel día final, pero nos dice sin rodeos que el día ha sido establecido. Solamente Dios sabe qué día. ¿Cómo sería para Ud. si hoy mismo fuera el último día, el que Dios estableció?
3. ¿Qué si en verdad existe un infierno eterno? Seguramente Ud. tiene consciencia que muchos no creen que el infierno exista. A lo mejor, Ud. ha escuchado argumentos en contra de ello. Muchos hay que sustituyen los pensamientos y la sabiduría de hombres por la sencilla doctrina de la Biblia. Dice la palabra de Dios: "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda" (Mat 25:31-33). Ahora, dice el versículo 46: "E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna" (Mat 25:46). Se usan las palabras "eterno" y "eterna". ¡Ni el castigo ni la vida tendrá fin! ¿Y si esto es la verdad? Ud. aparecerá ante él. Ud. pertenecerá a uno de los dos grupos. Si esto es la verdad, ¿dónde preferiría Ud. encontrarse en aquel gran día final? Si no es la verdad, y la muerte es el fin del hombre, ¿qué habrá perdido Ud. por haberse preparado para el juicio final? ¡Absolutamente nada! Pero si la muerte no es el fin del hombre, y Ud. no se prepara para el juicio, ¡Ud. habrá perdido absolutamente TODO!
4. ¿Qué si en verdad existe el cielo, el que la Biblia nos declara? Mucha gente no cree que lo haya. Muchos no creen que uno pueda llegar allá. Pero hay muchas escrituras que nos enseñan de ello: "Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero" (1 Ped 1:3-5). ¿Qué si esto es la verdad? ¿Qué si una recompensa está preparada para los que creen el evangelio y obedecen sus mandamientos en esta vida, y Ud. no cree ni obedece? ¿Todavía no se da cuenta de que Ud. habrá perdido la vida eterna? ¡Aunque ahora no lo reconozca, Ud. lo reconocerá en aquel gran día final! Jesús dijo, "Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?" (Mar 8:36-37) Otra vez, ¿qué si existe el cielo y Ud. se lo pierde? ¡Piénselo en serio!
Trate de reconocer que su actitud y las acciones resultantes van a determinar su destino eterno--se determina por su manera de vivir aquí en la tierra. Y esta vida presente es la única oportunidad que vamos a tener para hacer preparativos para la eternidad. Así como la muerte nos encuentre, así estaremos en el día de juicio.
"El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" (2 Ped 3:9-13).
¿Qué si Ud. no está lista para aquel día?